21/3/12

Ansiedad

Viene y parece que tiemblo,
como si nada en el mundo me pudiera frenar.
El momento exacto en donde pienso demasiado.
Sí, no, no sé. Aquello sirve para esto, eso sirve para aquello.
Me detengo, me observo desde afuera, y parece que tiemblo.
Me mantengo parada, frente a esa vitrina llena de peligrosas tentaciones.
No me interesa, no me sirve, no me llena. Prefiero decidir por la otra: ¿Alfajor de maicena o chocolate?
¿Se lo pido al señor o lo agarro diectamente?
Capáz que si voy por el otro lado es más fácil porque ya me quedan sólo 8 minutos reloj para llegar en hora.
Pienso. Observo. Sigo. Pienso.
Me arreglo los zapatos, demoro. Entonces pienso, me decido, vuelvo.
Verde, verde, verde. Cruzo. Ascensor, ascensor, ascensor. Subo. Ojalá sea un buen día.
Me siento, tiemblo y me vuelvo a sentar.

CDL

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